Despierto en medio de una noche fría y oscura. Me levanto descalza,en silencio, me acerco hacia la ventana y cuidadosamente apoyo los codos sobre el alféizar pensativa, hundida en mis pensamientos. Agito la cabeza, desconcertada y confusa, tratando de salir de ellos aunque no lo consigo. Miro el bosque, perdiendo mi mirada lentamente.De repente salgo de golpe de mis pensamientos desviando mi mirada hacia mis pies y luego, de nuevo, hacia el bosque. Era escalofriante oir el aullido de los lobos en una noche tan fría y oscura. Pero ese aullido,había sido muy...escalofriante, todos eran iguales, pero en algo destacaba este,sería la potencia,la forma de aullar o que...
Bajo las escaleras aun descalza y salgo al bosque,caminando lentamente, con un candil pequeño. Me siento bajo a un árbol con un libro entre mis brazos y me pongo a leerlo... De pronto lo cierro bruscamente y miro el cielo, miro delante mía y me encuentro a un chico de mi edad, más o menos, rondaría los quince o tal vez los dieciséis. Moreno, de ojos verdes. Le miro, con timidez y a la vez con serenidad. No le digo nada, me quedo callada, no me asustaba aunque tampoco me traía tranquilidad. El chico iba a decir algo, pero algo hizo que no lo dijese, entonces me lancé y pregunté con una voz tranquila:
-¿Qué te hizo venir aquí?¿Buscas algo de mi...o del bosque?-
El chico no respondió en seguida,tardó unos segundos. Por fin se decidió a hablar.
-No deberías de estar aquí...te están buscando,y no, no son tus padres- Dijo arqueando una ceja muy suave y levemente.
Me quedé pensativa tardando unos minutos en responder
-Y...¿por qué?- Respondí simplemente, con la mirada perdida
Se agachó frente a mi suspirando muy levemente
-No puedo saberlo...- Susurró haciendo que le mirase a sus ojos.Se levantó -Debo irme...volveré- Dijo y se marchó sin más,sin tiempo a que le pudiese preguntar nada.
Mi cabeza estaba hecha un lío. ¿Por qué me buscaban? ¿Por que no podía o no quería responderme? ¿Quién era él? ¿Cómo sabía que yo estaba allí? ¿Por qué había aparecido esta noche y no la anterior? ¿Tendría algo que ver ese aullido? Tragué saliva. ¿Debía hacerle caso,o era una trampa? Finalmente me levanté y volví a casa. Me senté en una vieja mecedora, meciéndome suavemente pensativa hasta quedar dormida.
Pasaron varios días hasta volverte a ver.Estaba sentada en el suelo,leyendo otro de mis libros,levanté la mirada y te vi, no pude evitar perderme en tus ojos, aparté la mirada y luego te volví a mirar
-Ya han dejado de buscarme?- Pregunté en un susurro
-No...- Dijo suavemente negando con la cabeza
-¿Cómo sabes lo que está pasando?- Dije, curiosa y a la vez preocupada.No me creía mucho que supieras todo eso.
-No deberías precipitarte y saberlo todo en un mismo día, debes esperar, el tiempo te lo dirá. Debes tener paciencia- Respondió agachado frente a mi.
Me quedé callada y bajé la mirada y luego la subí. Noté el tacto de sus dedos fríos acariciando mi mejilla,y entonces me respondió
-Viajo al Norte, no todos los días pero sí de vez en cuando, oí a los reyes hablar sobre tí-
-Pero...-
Me calló con un gesto.
-Ya te dije que no lo puedes saber todo en un día-
-Déjame ir contigo-
-No puedes...- Dijo cuando le interrumpí
-Por favor- Le mire,con tristeza, a lo que no pudo decirme que no. Asintió finalmente.
-Vendré a la noche a por ti- Dijo y se volvió a ir.
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