jueves, 21 de noviembre de 2013
Benigni
Benigni era un hombre que vivía en una vieja casa, sucia y desordenada. Desde fuera se veía la pintura desconchada de la pared y una vieja ventana empañada y con manchas. De vez en cuando se le veía asomarse a la ventana para fumar. Dentro, no hacía nada, los platos estaban sucios, el sueno lleno de porquería, la basura sin tirar.... Lo que solía hacer para pasar las tardes era leer, fumar, dormir o tocar su viejo xilófono. Así pasaba las tardes en vano. Se dio cuenta de que tenía un bulto en su brazo derecho que le había salido de tanto fumar. Cada día le crecía más y más. Uno de los días, harto de él cogió un cuchillo dispuesto a cortárselo, pero cuando lo iba a hacer algo sucedió. Al bulto le salieron ojos y boca. Los ojos estaban llorosos y parecía asustado. Benigni, conmovido soltó el cuchillo. Aquel ser se hizo su mejor amigo, hacían de todo, comenzó a limpiar su casa y a ordenarla cosa que nunca hacía. Uno de los días estaban los dos en la ventana, haciendo pompas, el bulto sacó su cuerpo fuera mirando las pompas cuando la ventana se cerró de golpe haciendo que Benigni quedase muy muy triste y volviese a la misma vida que antes había tenido sin nadie, tan aburrida.
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